Por Edgar Delgado
Primero, voy a dejar esto claro para que no haya malos entendidos: ¡Qué dicha que en Costa Rica tenemos músicos como Marvin Araya y sus 55 cómplices de la Orquesta Filarmónica que, al menos una vez al año, nos complacen con un concierto de música de película.
Qué más quisiera yo que esto fuera un evento trimestral, pues la calidad y el amor que han puesto estos músicos para interpretar algunas de las mejores partituras del cine en los últimos años (ya he tenido la dicha de ir como a tres conciertos de este tipo con la Filarmónica) hay que aplaudirlo y aplaudirlo más. Como dijo en su momento el maestro puertorriqueño Rafael Irizarry: “Es música popular y está muy bien escrita”.
Ahora voy a lo que fue el concierto del pasado sábado 1 de setiembre en el Teatro Nacional, lleno prácticamente a toda su capacidad.
Resumo: Fue un gran concierto, pero pudo haber estado mejor.
Lo mejor de la noche: la adaptación de la música de Harry Potter, Danza con Lobos y la interpretación de Rebeca Medrano del tema principal de La Lista de Schindler.
El punto negro: La adaptación de la música de Superman Regresa.
Lo qué evito el aplauso de pie del público: Repetir la misma adaptación de Superman al final como el bono sorpresa para cerrar la noche.
El gran detalle: la edición de las imágenes de cada una de las películas cuya música se interpretó. Se ve que don Marvin se tomó su rato para que, incluso, en algunos tramos, la imagen correspondiera con la música que sonaba en la tarima. ¡Bravo, maestro!
Por partes
No soy músico, pero puedo decir que mis 33 años he escuchado una buena ración de música de película y, por lo tanto, ya tengo algún criterio definido. Quizá no tanto como el anfitrión de la noche, Mario Giacomelli, quien se lució con detalles y datos precisos de las composiciones y sus compositores. Sin duda, es el hombre para este trabajo.
El concierto arrancó en su primera parte y en su segunda parte con una adaptación de la música de Klaus Badelt y de Hanz Zimmer (ambos alemanes) para las películas 1 y 2 de “Piratas del Caribe”. Primer punto a favor de la orquesta.
Luego, llegó el turno de “Danza con Lobos”, de John Barry. ¡Ah, qué delicia! Una adaptación memorable y una escogencia de lo mejor, pues la música se presta para que sea interpretada en un teatro. Segundo punto.
Luego vino el tropiezo. El intento de adaptación de la música de “Superman Regresa”. Me parece que don Marvin trató de mezclar varios extractos de la partitura de John Ottman para esta película, pero en lugar de eso nos recetó pedazos sin ninguna conexión en sí y remato con una versión pop del tema de amor de Superman (¿Alguien llamó a Meco Monardo?). Para un fanático como yo, hubiera preferido mil veces una adaptación del tema original de John Williams. Espero que en la próxima lo tomen en cuenta.
Pero, afortunadamente, los grandes como Marvin saben ponerse de pie rápido y dar una sorpresa. Lo que llamó “La Suite de Harry Potter” no pudo haber estado mejor. Una colección de lo mejor de la primera película de esta saga me volvió a confirmar que en Costa Rica hay músicos que tocan con pasión.
Y para terminar de eliminar el amargo sabor de boca por lo de Superman, llegó “La Lista de Schindler”. Permítame ponerme de pie para aplaudirle a la violinista Rebeca Medrano, pues su interpretación fue excelente, sin fallas. Parecía que estaba escuchando el CD de John Williams y el violín de Itzhak Perlman.
Se cerró la primera parte con una adaptación de “Las Crónicas de Narnia”. Buen cierre.
Llegó la segunda mitad. Luego de Piratas del Caribe 2, llegó el turno de “Spiderman”. Buena adaptación de la música de Danny Elfman.
Siguió “El Pianista” y si en la primera parte aplaudimos a Rebeca Medrano, esta vez tenemos que aplaudir al clarinete de Jorge Vargas. Una sobria interpretación de la música del polaco Wojciech Kilar.
Luego vino algo de lo mejor. La suite de “Harry Potter y el Cádiz de Fuego”. Excelente. No hay más que decir. Me demostró que la música de esa película no es tan mala como yo pensaba (eso más que todo porque nunca me ha gustado el trabajo del escoses Patrick Doyle). I stand corrected! Aplaudo incluso la iniciativa de don Marvin de poner a los mismos músicos a hacer parte de los coros en algunos tramos. Buen detalle que creo que nadie percibió.
“King Kong” hizo su aparición, pero no fue algo espectacular. Quizá porque el tema no se prestaba para su adaptación en una tarima, creo yo.
Pero vendría lo mejor de la noche: El Señor de los Anillos y La Guerra de las Galaxias.
La primera nos dejo sin aliento, pues esta si es una partitura que se presta para eso, para tocar a teatro lleno.
Finalmente, Star Wars hizo su aparición. Cómo se nota que a los músicos les encanta tocar esta joya de John Williams, pues fue la mejor forma de cerrar (al menos por un momento) la noche. Y con eso salí contento y agradecido de haber disfrutado de lo mejor del cine por solo ¢6.000.
Eso sí, luego de los cinco minutos de aplausos, don Marvin agradeció al público y nos sorprendió repitiendo la adaptación más mala de la noche, pero eso no borra lo que lo que mostraron los músicos en el escenario durante dos horas de música. No podíamos salir defraudados.
Por el contrario y como lo dije al inicio, ¡Qué se repita!
Esta es mi lista de sugerencias para la próxima: Batman (Danny Elfman), Indiana Jones (John Williams) y Brokeback Mountain (Gustavo Santaolalla).
¡Gracias Orquesta Filarmónica y felicidades!
lunes, 3 de septiembre de 2007
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1 comentario:
¿Qué hago? A mí, la música de cine solo me gusta en el cine, ¡ni en discos!
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